Aunque Sinaloa sigue siendo uno de los principales estados productores de maíz y frijol en México, los agricultores aseguran que las ganancias son cada vez menores. A pesar de que la producción de estos granos supera los 41 mil 700 millones de pesos anuales, los costos elevados y los precios bajos de venta están llevando al campo sinaloense a una situación crítica.
Los campesinos explican que los gastos para sembrar y cosechar se han incrementado de forma considerable. En el caso del maíz, producir una hectárea requiere una inversión de aproximadamente 48 mil 324 pesos, considerando desde la preparación del terreno hasta la comercialización. Aunque los rendimientos alcanzan entre 10 y 12 toneladas por hectárea, y el precio ronda los 5 mil 300 pesos por tonelada, las utilidades apenas oscilan entre 4 mil y 15 mil pesos por hectárea, y estas se obtienen después de más de cuatro meses de trabajo.
“Los productores pierden en todo: en la báscula, en el laboratorio, en el secado, y además les pagan tarde y mal. El Gobierno Federal ha dejado en el abandono al campo, no se ha incrementado el presupuesto desde 2015. No se vale que se deje sin apoyo a quienes producen los alimentos”, expresó José Luis Quevedo, agricultor.
En cuanto al frijol, la situación no es mejor. El costo de producción ronda los 30 mil 418 pesos por hectárea, mientras que los rendimientos fluctúan entre una y tres toneladas. Con un precio de venta de aproximadamente 27 mil pesos por tonelada, muchos productores apenas logran recuperar su inversión o incluso registran pérdidas.
Además, la sobreproducción en estados como Durango, Chihuahua, Coahuila y Zacatecas ha complicado aún más el panorama. En Sinaloa se proyectan 69 mil 944 hectáreas sembradas, cifra que supera el límite recomendado de entre 45 y 50 mil hectáreas, lo que podría generar una producción excedente superior a las 120 mil toneladas, saturando el mercado y reduciendo aún más los precios.
“El frijol es hoy uno de los cultivos más afectados. Hay demasiada siembra en varios estados, y eso provocará una caída en el precio. No existen apoyos ni subsidios, y la comercialización será un verdadero problema”, advirtió Efraín Luque Araujo, productor sinaloense.
En conjunto, los agricultores coinciden en que el campo sinaloense produce más que nunca, pero gana cada vez menos, resultado de una combinación de altos costos, bajos precios, falta de apoyo gubernamental y sobreproducción nacional, factores que amenazan la estabilidad económica de miles de familias rurales.