En Los Mochis, el Dren Juárez —construido en los años treinta— enfrenta un deterioro crítico tras décadas sin mantenimiento. El azolve acumulado ha reducido drásticamente su capacidad para desalojar el agua de lluvia hacia la Bahía de Santa María, generando estancamientos que representan un riesgo creciente para las comunidades cercanas.
Reportes de Protección Civil señalan que, en la parte final del dren, rumbo al estero de Santa María, existen 1,956 metros totalmente bloqueados por sedimentos, basura y crecimiento de manglar. En esa zona, donde la profundidad debería ser de entre 2.5 y 3 metros, el nivel apenas llega a 30 centímetros, provocando que el agua retroceda hacia áreas agrícolas y urbanas.
Siete ejidos, entre el riesgo y el abandono
La problemática va más allá de lo hidráulico. Ejidos como Médano de San Esteban, Tortugas 2, Mochis 2, Plan de San Luis, Plan Guadalupe y Benito Juárez han sufrido afectaciones constantes: inundaciones en viviendas y escuelas, daños domésticos, presencia de aguas negras en espacios habitados, problemas de salud y deterioro de tierras productivas.
“Siete ejidos estamos padeciendo esto. No es solo lo que se lleva el agua en las casas, también ya hay afectaciones de salud. Los daños aumentan y la respuesta de las autoridades es mínima”, reclamó Luis Manuel Rivera Villela, ex comisario de Plan Guadalupe.
Una infraestructura histórica, pero olvidada por las autoridades
Pese a que desde hace cuatro décadas vecinos, productores y organizaciones han exigido la limpieza del dren, la intervención nunca se ha concretado. El resultado es un sistema tan saturado que ya no cumple su función original.
“La petición es constante para que los módulos de riego, la SEMARNAT y la CNA atiendan la limpieza de canales. Basta verlos: llenos de lirio y completamente azolvados”, comentó Roberto Santos, presidente del Colegio de Arquitectos del Noroeste.
El caso del Dren Juárez refleja cómo una obra clave para la seguridad hídrica de la región ha quedado atrapada en la indiferencia oficial. Mientras tanto, la población continúa enfrentando inundaciones evitables, daños materiales y un riesgo sanitario que podría resolverse con acciones inmediatas.